Tempus Fugit, de Javier Ruescas

Sinopsis

Una temible plaga ha dejado en coma a numerosos adolescentes y la empresa Tempus Fugit se alza como la gran salvadora debido a sus cabinas de teleporte. En esta situación las vidas de tres jóvenes se cruzarán sin motivo aparente, pero con un destino común. Un muchacho de otro tiempo que sólo desea regresar a su época, una joven sin pasado y un ladrón de futuros intentarán comprender quiénes son y cuál es su misión antes de que el amor los arrastre y su tiempo se agote.




En el futuro (siglo XXII) una gran Inundación asoló al mundo, y el mar fue ocupando espacios de la tierra. Por eso, Tempus Fugit se alza como gran salvadora creando las cabinas de teleporte, que permiten a la gente transportarse más rápido que la luz de un lugar a otro. Así, no se contaminaba al medio ambiente y se ahorraba el espacio que en aquellos tiempos faltaba.

La madre de un joven es atacada por La Plaga, una enfermedad que deja paralizado a quién le pasa y es imposible volverlo a revivir, por eso es como si hubiera muerto.
El chico, del siglo XVIII, persiguiendo al atacante, entra en ese futuro del siglo XXII y conoce a Hanna, con quien se consigue comunicar. Juntos, investigan el por qué de los ataques.

Además, Kleid, un protovidente (semiandroides que roban los futuros a gente que los va a desperdiciar), se le encarga la misión de encontrar al chico para devolverle a su tiempo.

Este libro me ha enganchado de principio a fin. Los personajes están muy bien desarrollados, y la trama está bien conducida. Sin embargo, a veces algunas partes eran un poco predecibles, pero por lo demás es un libro muy entretenido.